Se trata de
la primera vía ferrata de la Rioja equipada junto al río Leza en la localidad de Ribafrecha. Fue construida y equipada en fechas próximas al Confinamiento, de ahí su nombre.
Es una vía ferrata corta e ideal para iniciarse. Se inicia como K2 (poco difícil) y acaba vertical en nivel K3 (moderada).
Si venimos de Logroño a la entrada del pueblo de Ribafrecha, tomamos un desvío por la izquierda en dirección a Ventas Blancas LR-346. Nada más pasar el puente sobre el río Leza cogiendo el camino de la izquierda donde podemos dejar el vehículo bajo el puente y si no en las cercanías hay espacios.
Debajo del puente sale un camino que va por la margen derecha del río y pasa junto a unas fincas. Tomamos una senda que nos lleva al inicio de la vía ferrata marcado por una estaca. Este primer acceso es el escape de la parte K2 (ferrata fácil) o acceso directo al K3 (ferrata difícil). Nosotros seguimos un poco más hacia delante hasta un bloque de roca, donde comienza la parte K2.
Aquí comienza el recorrido fácil, donde ascendemos sobre unos bloques verticales de roca ayudados por los escalones metálicas o grapas donde ponemos manos y pies.
Una vez superado esta primera parte, llegamos un puente nepalí casi al ras de suelo. El puente nepalí cuenta con dos sirgas metálicas, una para chapar nuestros mosquetones de seguridad (el superior) y poner nuestras manos y otra en la parte inferior, para avanzar con nuestros pies.
Vamos subiendo sin ninguna complicación a través de varias trepadas más o menos verticales, que se suben bien, ayudados por las grapas incrustadas y adheridas a la roca.
Pasamos una zona equipada con cuerdas y escalones hasta la parte donde comienza la K3. Aquí, podemos darnos por satisfechos y descender por un escape que vuelve al sendero de acceso, o si nos vemos capaces podemos enlazarlo con la parte difícil (K3), comienza unos metros más abajo y que se comunica con el sendero de escape.
Cogemos altura ayudándonos de las grapas y la piedra y vamos flanqueado el peñón vertical. Esta parte es la más aérea y atractiva de la vía ferrata.
Una vez superada esta parte, nos encontramos con otro puente nepalí con vistas a las piscinas del pueblo y el río.
Pasado el puente, tenemos una pequeña trepada, donde nos ayudamos de unas grapas y una escala metálica, llegamos a un sendero que nos lleva al final del recorrido.
El regreso está indicado con unas estacas de madera junto a almendros. Vamos bajando haciendo una circular hasta el puente donde hemos dejado el coche.
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