En Panticosa, podemos encontrar varios ibones de montaña, donde seguramente los más conocidos son los ibones de Bachimaña, alto (2.207m) y bajo (2.190m).
Llegar a los ibones de Bachimaña no es difícil, siendo el lugar de paso de grandes ascensiones como las del macizo de los Infiernos o Quijada de Pondiellos. Esto hace que sea una ruta muy concurrida.
Además, al lado de los ibones se encuentra el refugio de los Ibones de Bachimaña, donde podéis descansar o incluso hacer noche.
Si vais con niños, como fue nuestro caso, debéis tener en cuenta el desnivel de unos 600 m y la distancia. A mis hijas, la última parte se les hizo eterna, por lo que hay de armarse de mucha paciencia y tomárselo con calma.
La ruta comienza en el Balneario de Panticosa. Para llegar al Balneario hay que ir dirección Sabiñanigo y luego dirección Biescas por la N-260. Al llegar a Biescas continuamos recto por la A-136 dirección Sallent de Gallego, Francia. Unos kilómetros antes de llegar a Sallent tomamos el desvió hacia Panticosa y continuamos por la carretera hasta llegar al Balneario de Panticosa.
La ruta normal comienza detrás del refugio de la Casa de Piedra y hay que seguir el GR11. En nuestro caso, nuestra intención inicial era subir a los Ibones de Brazato, por lo que nuestro comienzo de esta ruta no parte desde el refugio de Casa de Piedra, sino desde un conjunto de edificaciones termales que suben hacia la Fuente de la Salud a través de unas escaleras.
Desde aquí comienza la senda del GR 11 donde a través de un zig-zag vamos subiendo altura.
Al poco tiempo nos encontramos con un cruce de caminos, donde uno nos lleva a los Ibones de Brazatos y el otro a los Ibones de Bachimaña. No os puedo decir cuál fue la razón real por lo que decidimos cambiar la ruta, pero al final optamos por coger el camino de la izquierda que nos marcaba hacia los Ibones de Bachimaña.
Este camino nos lleva directamente al camino que sube desde el refugio la Casa de Piedra.
La ruta discurre paralela al barranco del río Caldarés, donde podremos disfrutar de hermosas cascadas como el Salto del Pino. Solo por esto, ya merecería la pena venir hasta aquí.
Continuamos ascendiendo por el sendero estrecho y pedregoso que va pegado a la pared de roca, dejando el barranco a nuestra derecha. En este punto hay un par de tramos algo expuestos, por lo que desde hace muy poco tiempo hay puesto una sirga en la pared para poder agarrarse en caso de tener algún problema. Mis hijas los pasaron sin ninguna dificultad, pero si aconsejo, sobre todo si vais con niños pequeños, ser precavidos.
Seguimos subiendo hasta llegar al Plano del Bozuelo, una llanura donde decidimos descansar u comer y beber algo.
Atravesamos el Plano del Bozuelo, y seguimos por la izquierda para acercarnos de nuevo al curso del río. La ruta no tiene perdida ninguna.
Tras varias subidas y bajadas, el valle se abre de nuevo y de frente ya vemos la gran muralla de roca que tenemos que superar con la cascada del Fraile cayendo desde arriba.
A medida que avanzamos hacia la cascada, vemos el sendero que haciendo un zig-zag nos va a llevar a lo alto de la pared. Este sendero se llama la Cuesta del Fraile, y es bastante duro por el gran desnivel a superar. Este es el punto donde mis hijas sufrieron más.
La parte positiva de este tramos, son las vistas que te va ofreciendo a medida que vas subiendo.
Cuando llegamos arriba, (2.207 metros) nos encontramos con el ibón de Bachimaña Inferior. A la derecha vemos refugio de Bachimaña, construido recientemente por la Federación Aragonesa de Montañismo.
Desde el pequeño ibón y junto al refugio cogemos la senda que en unos 5 minutos llegamos a la presa del ibón superior. Rodeamos un poco el ibón superior por la derecha para contemplarlo en su plenitud.
Regresamos al refugio de Bachimaña donde comemos.
Después de descasar un poco, volvemos por el mismo camino al Balneario de Panticosa.
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