Un espacio mágico que sorprende por sus leyendas, historia y geología
Datos de Interés:
• Distancia:
4 kilómetros.
• Tiempo medio:
2 horas paseando y disfrutando del entorno.
• Dificultad:
Baja. Apto para una ruta en familia. Sendero cómodo, ancho, de fácil acceso.
• Ubicación:
Baltzola Auzoa, Dima, Valle de Arratia.
Las cuevas de Baltzola se encuentran en la localidad de Dima, en pleno valle de Arratia, provincia de Bizkaia, interior del Parque Natural de Urkiola, una tierra, donde la cultura, la historia y las tradiciones del pueblo vasco se encuentran muy presentes.
La ruta por las cuevas de Baltzola en Dima, pasando por Jentilzubi y el túnel de Abaro, es una de esas rutas en Euskadi ofrecen en un recorrido corto y sencillo, en un entorno espectacular y con mucha magia.
Existen 2 caminos que nos llevan hasta las Cuevas de Baltzola, el que comienza en el Barrio de Baltzola junto a la ermita de San Lorenzo y el que se origina en el Barrio de Indusi, junto a la ermita de San Francisco. Nosotros hemos escogido el segundo, pero en vez de aparcar en la ermita de San Francisco de Olabarri, cuya zona anexa también se utiliza como aparcamiento, cruzamos un puente sobre el río y proseguirmos con el coche por una estrecha carretera, hasta topamos con un nuevo conjunto de casas junto a otro pequeño puente sobre el río Indusi. Aquí hay unos carteles que te indican que estás en el aparcamiento de acceso a las cuevas de Baltzola, pudiendo aparcar a ambos lados de la carretera vecinal, o en una campa de hierba anexa.
Como información recordaros que estamos en pleno Parque Natural de Urkiola, por lo que el camino está totalmente señalizado. Hay una ruta de senderismo circular PR BI que parte junto al puente de piedra y que va a la Cueva de Baltzola, Tunel de Abaro y cima Garaio(574m). Nosotros en esta ocasión no la hicimos completa y no subimos a Garaio.
Descripción de la ruta:
Iniciamos la ruta desde el mismo parking junto al estrecho puente que cruza el río, donde podremos observar un cartel de rutas e indicaciones a la cueva, seguimos por asfalto para atravesar un primer vallado y acercarnos al caserío Jibiltar, donde justo tomaremos a la derecha por una senda que se adentra en un pequeño valle.
Poco más adelante atravesaremos un vallado, y a continuación cruzaremos el pequeño río para continuar por su lado izquierdo. Emprendemos una corta subida que en pocos minutos nos planta ante el arco natural de Jentilzubi.
Pasaremos bajo el arco natural de Jentilzubi y continuamos ascendiendo hasta un desvío, en este punto si queremos evitar la cueva podemos hacerlo por la derecha siguiendo el camino ancho, pero si deseamos ver y atravesar la cueva (como fue nuestro caso) seguiremos recto por una senda aún más estrecha y empinada que en pocos metros nos dejara en la boca de la Cueva de Baltzola.
El acceso se realiza en pequeña bajada y la roca está muy desgastada por lo que se recomienda ir provisto de calzado adecuado y de ayudar a todo aquel que lo necesite, especialmente a niños. No es complicado, pero hay que prestar mucha atención de dónde se pisa si no queremos caer a un pequeño hoyo calizo anexo a la entrada. Otro punto importante es la linterna. No hay que olvidarse llevar una o sino utilizar la del móvil. Con la linterna atravesaremos esta bella cavidad teniendo cuidado con no resbalarse en algunos puntos por la humedad y la roca gastada de la gente que la atraviesa.
La cueva no es muy larga pero si atractiva, merece la pena adentrarse en ella y atravesarla, enseguida veremos el final y salida de la cueva ante nosotros, también podemos acercarnos a la parte alta de la izquierda donde diferentes carteles informativos nos hablan de la historia de la cueva.
Según la mitología vasca, la cueva de Baltzola es la morada de Sugoi, un ser mitológico que unas veces se manifiesta en forma de dragón y otras en forma de serpiente de dos cabezas. Sugoi, denominado a veces Sugar, es conocido por su capacidad para transformarse, según la ocasión, en ser humano, y sobre todo, se le conoce por ser el marido de Mari, la dama de Anboto, la diosa de la mitología vasca. La unión de su pasión y amor se personifica en Mikelatz, hijo de ambos a quien también se atribuye Baltzola como lugar de residencia.
Mitología aparte, hay que subrayar que la cueva de Baltzola es conocida a nivel mundial por sus famosas vías de escalada y no es raro encontrarte con escaladores en la cueva.
Siguiendo con la ruta y después de comer algo, salimos de la cueva por una estrecha senda entre vegetación que se dividirá en dos y donde tomamos la senda de la izquierda para llegar a otro de los puntos interesantes de esta zona, el Túnel de Abaro, una amplia galería de 70 m tan atractiva como la Cueva de Baltzola, y donde atravesarla no entraña ningún peligro.
La salida o entrada al túnel hay que salvar un pequeño desnivel con grandes bloques de piedra depositados al lado de una pequeña cascada que efectúa el río, y el terreno, al ser muy sombrío, está bastante húmedo y resbaladizo, por lo que hay que tener mucha precaución.
El túnel de Abaro, es un singular pasadizo natural bajo la mole caliza de Bargondia. A diferencia de la cueva de Baltzola, se puede recorrer sin luz artificial, ya que la boca de salida es bien visible desde la boca de entrada. Cruzar el túnel no tiene ninguna complicación, tan solo hay que esquivar algunas piedras y el propio curso del pequeño arroyo.
Una vez fuera decidimos paras a comer algo. Después del descanso, seguimos por un bonito valle donde un pequeño arroyo va trazando bellos meandros, el cual cruzamos un poco más adelante. Aquí nos unimos a una ancha pista.
Si seguís esta pista llegareis a los caseríos del barrio de Baltzola y una vez en la parte alta del barrio encontrareis la Ermita de San Lorenzo, desde donde sale la pista que nos indica el PR BI-41 hacia Garaio.
Nosotros decidimos darnos la vuelta antes del llegar al barrio de Baltzola y volver hacia la furgoneta por el mismo comino de subida, pero esta vez sin pasar por la cueva.