Ideales para escapar de los tórridos veranos del litoral mediterráneo, viajando por Cantabria con niños encontraréis una infinidad de playas donde pueden realizarse actividades en verano tan variadas como jugar a las palas, iniciarse en el buceo o construir castillos de arena.
Como información deciros que conviene consultar la tabla de mareas en función del horario, ya que el baño puede verse afectado por las corrientes y el oleaje. Los servicios de socorrismo entregan pulseras a los niños y niñas para reflejar el número de teléfono de la familia.
Volviendo a las playas aquí os menciona algunas de mis favoritas:
• Luaña (Cóbreces).
Las zonas próximas a los acantilados resultan muy interesantes para bucear y observar la vida submarina. Un aparcamiento próximo facilita el acceso a la playa.
• San Juan de la Canal (Santa Cruz de Bezana).
La subida y bajada de la marea genera numerosos recovecos y pozas para jugar a salvo del oleaje. La zona intermareal es perfecta para descubrir la animada fauna que allí vive.
• Virgen del Mar (Santander).
En marea alta la arena seca escasea, pero se genera una ensenada ideal para bañarse y cuevas perfectas para refugiarse del viento. En las inmediaciones hay una amplia zona verde y un pequeño parque infantil.
• La Magdalena (Santander).
Su protección del viento nordeste y la ausencia de olas la hacen muy adecuada para darse un baño tranquilo. Si el tiempo cambia, puede disfrutarse del parque de La Magdalena.
• El Sardinero (Santander). La más grande y conocida de Santander, va desde la Península de la Magdalena a Mataleñas siendo en realidad 4 playas que en la bajamar se unen formando una única playa de unos 2 kilómetros donde quedan pequeñas piscinas naturales entre las rocas en las que los peques se lo pasan en grande buscando animalillos marinos.
• La Arnía (Piélagos).
Situada en la población de Liencres. No es una playa urbana ni especialmente accesible o familiar pero vale la pena por sus aguas limpias y ser un paraje de gran belleza así que aprovechad la bajamar. El oleaje suele ser suave y no suele estar muy concurrida.
• La Canal (Galizano) y Los Tranquilos (Loredo). En ambas playas es frecuente que se generen varias pozas y piscinas naturales que resultan lugares tranquilos para el baño de los niños y niñas más pequeñas.
• El Sable (Isla).
Además de disfrutar de la propia playa, un sendero conduce a unas piscinas naturales, antiguos viveros de langostas, a las que se puede saltar en marea alta, convirtiéndose en una pequeña gran aventura para la familia.
• Brazomar (Castro Urdiales).
La alta ocupación veraniega de la ciudad hace más recomendable su visita fuera de la temporada estival, ofreciendo muchas posibilidades en primavera y otoño.
• Oyambre, Somo, Berria, Trengadín y La Salvé.
Los grandes arenales disponen de espacio para realizar múltiples actividades durante todo el año.