UN PASEO POR UN BOSQUE DE SECUOYAS

UN PASEO POR UN BOSQUE DE SECUOYAS



Una de las sorpresas más agradables que me he encontrado últimamente es descubrir un precioso bosque de secuoyas en Cantabria. Se trata del Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón.

Durante el franquismo, en los años 40, se decidió plantar más de 800 secuoyas en el Monte Cabezón por su rapidez de crecimiento y así proporcionar madera a la industria del lugar, pero cuando se pudieron talar ya no interesaba su madera y se dejaron allí plantados. El resultado obtenido es un tupido bosque de secuoyas de gran altura, alguna de hasta 36 metros de altura, y una senda que nos permite dar un agradable paseo en todas las épocas del año. El bosque fue declarado Monumento Natural en el año 2003.

¿Cómo llegar al bosque de secuoyas de Monte Cabezón?

Para llegar a este bosque debemos coger la autovía A-67 hacía Torrelavega, para a continuación coger la A-8 dirección Oviedo y salirnos en la salida hacia Comillas. Siguiendo las indicaciones hacia Comillas, a un kilómetro aproximadamente de la salida encontramos a la izquierda en una curva un cartel que indica el lugar. Aquí hay un pequeño aparcamiento que se llena con facilidad, pero si seguimos un poco más a delante, a unos 200m dirección Comillas, encontraremos otro aparcamiento.

Datos de interés y descripción de la ruta

• Duración: entre media hora y 1 hora
• Dificultad: Fácil
• Hay una rampa de acceso para minusválidos y carritos de bebes.
Ya desde el principio de la ruta podemos ver las primeras secuoyas a nuestra, con sus impresionantes troncos y una copa que nos impide ver enteramente el sol.

Las secuoyas, al ser de hoja perenne, tienen hojas durante todo el año. Las vistas tanto en horizontal como hacia arriba son espectaculares, y merece la pena pararse a sacar unas fotos.
Para acceder al sendero hay dos vías, o bien seguir un camino por el bosque o bien utilizar una pasarela adaptada a minusválidos y carritos de bebes. Ambas confluyen en un punto donde hay un banco hecho en un tronco. 
Desde aquí seguimos bajando, hasta una parte del sendero donde vemos unas escaleras realizadas en madera. Al llegar abajo de las escaleras, cruzando una zona con unos pinos enormes, encontramos tres o cuatro ejemplares de secuoyas muy espectaculares. Tras hacernos las fotos de rigor y contemplarlas un buen rato, pasamos a realizar la parte del camino que más me gustó, cogiendo un sendero que vemos aparecer a la izquierda según bajamos, justo al final de las escaleras. El sendero en si no presenta dificultad ninguna para ir con los niños. Además en determinadas zonas han apilado ramas y han simulado tiendas de indios que a las niñas les han parecido muy graciosas y divertidas. 
Al cabo de media hora - tres cuartos de hora llegamos de nuevo al banco inicial, que se une con la pasarela que conecta con el aparcamiento. Hemos realizado un precioso paseo por el bosque de secuoyas de Cabezón y que seguramente volveremos a repetir. 

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