1-) Reducir la exposición al sol durante las horas centrales del día, que es cuando el sol ocupa las posiciones más altas y nos incide directamente con sus rayos.
2-) Cubrir la mayor cantidad de piel posible mediante prendas de tejidos que no sean fácilmente atravesados por las radiaciones lesivas, como las ultravioleta. Según de qué fibras estén fabricadas y cómo estén tejidas, las prendas tienen distinto factor de protección UPF (Ultraviolet Protection Factor), siendo más importante el bloqueo de los UVB.
3-) Usar cremas de protección solar. El SPF o factor de protección solar elegido no debe ser nunca inferior a 30 en pieles bronceadas o morenas. En el resto de pieles debe ser alto, es decir, SPF 50+. Reponer el protector solar cada dos horas es imprescindible (aproximadamente al cabo de dos horas ya no vamos bien protegidos).
No debemos olvidar llevar un envase pequeño de protector o stick en la mochila para renovar la protección cada cierto tiempo ya que el frío, la nieve, el agua, las prendas que utilizamos, las gafas repercuten en que la protección solar no se mantenga. Debemos aprovechar los ratos de descanso o incluso cuando subimos en el telesilla para untarnos la crema de nuevo.
La crema solar siempre se debe aplicar 20 minutos antes de la exposición solar para que la piel la absorba y ejerza la protección. Debemos aplicar la crema en cantidad suficiente en cara, cuello, orejas y con mucho cuidado por la zona de los ojos para que no penetre en ellos y cause irritación.
¡OJO! No os olvidéis del cuello, orejas y zona bajo la nariz.
4-) Proteger los ojos con
gafas, las mejores aliadas, aunque también ayudan gorros, viseras y similares. Pero ¡ojo! Las gafas pueden ser dañinas si sus componentes no son adecuados, especialmente porque al reducir la luz que llega a estos, la pupila se abre más y entra una cantidad mayor de agresivas radiaciones. Por eso es fundamental que las ópticas, que para el deporte casi siempre están hechas con materiales orgánicos en lugar de cristal, tengan un excelente filtro frente a las radiaciones ultravioleta. Igualmente conviene que cuenten también con filtro para las infrarrojas, puesto que de no tenerlo, el calor aumentará detrás de las lentes, como en un invernadero, y resultará incómodo llevar las gafas. Y el diseño también ayudará a mejorar sus cualidades, prefiriendo aquellos de forma envolvente, que eviten la entrada lateral o inferior de radiaciones.
¿Quién debe extremar la protección solar en la montaña?
Absolutamente todos pero en especial los que tienen más riesgo como niños, mayores, pieles sensibles, frágiles, con rosácea y personas que toman medicación fotosensibilizante.
Y un consejo final…
Una vez finalizado un día aplicaros una crema hidratante, regeneradora y calmante para la piel.
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