Bosque Pintado de Oma

Bosque Pintado de Oma en Kortezubi, Vizcaya



En plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai, se esconde el Bosque Pintado de Oma o también conocido por Bosque Encantado, una propuesta que aúna arte y naturaleza.

El Bosque de Oma es obra del pintor escultor Agustín Ibarrola. Se trata de una visita muy particular entre pinos y helechos, buscando los troncos transformados por los pinceles del artista y jugando con el punto de vista y la profundidad. De esta experiencia hace que surjan de la nada composiciones misteriosas que conectan con las representaciones paleolíticas de la cercana cueva de Santimamiñe.

El Bosque de Oma cuenta con un total de 47 obras pintadas. Las pinturas están realizadas sobre troncos de árboles, principalmente pinos, dibujando figuras humanas, animales y figuras geométricas. Algunas de estas imágenes solo se hacen visibles desde posiciones determinadas, desde donde las imágenes de los distintos troncos forman una imagen conjunta. La perspectiva es muy importante a la contemplar la obra. Por este motivo, por el bosque nos encontraremos unas flechas amarillas que nos indicarán por donde tenemos que hacer el recorrido y no perdernos ningún detalle. 
El Recorrido

Dejamos es coche en el parking de Lezika- Basondo . Desde aquí, se tardan unos 45 minutos en llegar al bosque pintado (está a unos 3 km del parking), y la mayor parte del camino es cuesta abajo. Una vez situados allí, podemos seguir la senda descendiendo hacia el riachuelo.

Una vez en el riachuelo, podemos cerrar el circuito volviendo por el Valle de Oma o bien seguir caminando hacia el interior del valle. El recorrido circular consta de aproximadamente 7 kilómetros, unas 2 horas aproximadamente, más el tiempo que dediquemos a contemplar las obras. 
El recorrido no resulta nada complicado y está pensado para excursiones familiares.

Mis Recomendaciones

Como siempre el respeto por la naturaleza y el entorno es fundamental. Si lleváis comida o botellas de agua, esperad a salir del bosque para tirar todos los residuos a un cubo de basura. Debemos respetar la obra de arte y no dañarla.

Aunque el camino al bosque es ancho, no recomendando ir con sillas de ruedas o con carritos de bebés, puesto que el recorrido puede presentar complicaciones, tipo pendientes y piedras. Además una vez en el bosque hay que bajar por una zona no apta para sillitas. Si lleváis a un bebé es mejor que optéis por la mochila de porteo. Nosotros llevamos carrito y nos arrepentimos, pues gran parte del camino tuvimos que llevarlo plegado.

Una vez en el bosque, no os olvidéis que somos nosotros los que tenemos que jugar a construir y destruir las formas, según el punto de observación que elijamos ante cada composición artística.

Un paraje singular, que no deja indiferente a nadie que lo visita. Es un lugar realmente hermoso para disfrutar de una excursión en familia, especialmente con los niños.

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